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jueves, 2 de octubre de 2008

El capitalismo se quiebra: enterrémosle


Marx sostenía que ningún sistema económico puede durar por siempre, que tiene un desarrollo, un auge y una caída. El primer gran sistema económico fue el de las Ciudades Estado del Creciente Fértil, basado en una agricultura dirigida por el Estado burocrático y trabajado por personas libres aunque no propietarias; después, vino el sistema esclavista del Imperio Romano, y con su crisis surgió el feudalismo, las tierras seguían en manos de los terratenientes y de la Iglesia, cultivado por hombres sujetos de por vida a la tierra por las deudas de sus antepasados. Y con su crisis vino el sistema industrial, la libertad de movimiento y de capitales, la potenciación de los sectores económicos no agrícolas (servicios e industria). Y su crisis no es constante, es periódica por su estructura particular. La alternativa a ello fue el modelo de planificación, pero se reveló más imperfecto que el capitalismo, puesto que una burocracia estatal no sabe satisfacer las demandas económicas con una oferta adecuada.

Aunque pareció que el capitalismo había sobrevivido, que bastaba con las reformas admitidas a la socialdemocracia y que este maná económico podía durar para siempre, esto no es así. La economía vuelve a estar en crisis. Además, no podemos quitar la vista de que este mundo está partido en dos: de que hay dos bloques aún, el bloque de países ricos y el bloque de países pobres. Y a su vez los países siguen conservando una separación entre ricos y pobres, en los países más ricos observamos una minoría muy rica frente a una mayoría de clase media y una minoría pobre, y en los países pobres tenemos una ínfima minoría riquísima, una clase media escuálida, inestable o inexistente, y una gran masa depauperada.
¿Cuál sería el ideal? El ideal sería ningún extremo, sería la solidaridad para con la riqueza de todos poder ofrecer una igualdad de oportunidades para desarrollar más riqueza, y que eso no beneficie a una minoría, ni tampoco a una mayoría: que beneficie a todos. La socialdemocracia plantea siempre que el que más tenga más dé. Pero hay que decir por qué, por qué quien más dinero gane más dinero dé, porque si no, a lo mejor, daría a que cualquiera trabajase menos para sortearlo. Es un deber, no un deber patrio, sino un deber para con toda la sociedad. Es una obligación ética hacer todo lo posible para ayudar a nuestra misma especie. El capitalismo es una lucha entre el gato y el ratón.

Hasta hace nada, el gran capitalismo quería eliminar al Estado de la vida económica, quitar regulaciones, quitar trabas, quitar derechos de los trabajadores... ¿libertad total para la economía? No, eso es permitir la dictadura de la economía, de la dominación de esa minoría extremadamente rica, que controla la mayor parte de la generación de la riqueza, sin que la gran mayoría podamos hacer algo.

La derecha había vuelto a enarbolar, desde Thatcher y Reagan, la bandera del liberalismo más puro, más destructivo para el Estado. Es decir, es volver a los postulados anteriores al Estado social de derecho: al Estado liberal, el Estado gendarme. La economía es cosa de los negocios, no del Estado. Al Estado le basta conservar el aparato policial.

Pero, hete aquí que quien antes hablaba de privatizar, de individualismo... pide socializar las pérdidas. Que todos paguemos el fracaso de unos. ¡Vaya, son socialistas! El socialismo de la ruina. No es socializar la economía, es socializar el pago para salir de la crisis. ¿No hablaban de la no intervención? Ese liberalismo era mentira. Tenemos que pagar a unos fracasados sus enormes agujeros, mientras ellos conservan aún todo su patrimonio y renta. El fracaso se debe pagar con irse a la calle. ¿Quién ha creado esto? Los grandes negocios ¿Quién lo paga? Los trabajadores. Los trabajadores no tienen la culpa de que unas empresas sean dirigidas por ineptos. Que se vayan los ineptos, que paguen ellos el desaguisado, y que vengan otros.

En suma, que el capitalismo pague su fracaso, que se vaya, y que venga otro.

1 comentario:

Rodrigo Parra Fernández dijo...

Buena reflexión Javier. El problema es que no se da ese paso, enterrar el capitalismo, porque el remedio puede ser peor que la enfermedad. No me refiero a que el socialismo sea malo ehh que luego hay mucho que mal interpreta a la mínima, me refiero simplemente a que el sistema esta tan jodido que como abramos la caja del banco veríamos que no hay dinero, ¿Por qué? Porque los bancos han llegado a prestar 80 veces el volumen real de dinero que tienen.

¿Eso está bien? Hombre funcionar ha funcionado, el progreso en la sociedad occidental es evidente pero lo que ha ocurrido, a mi modo de ver, es que la avaricia ha roto el saco, pues tu, me refiero a los bancos, puedes prestar si sabes que tienes ciertas garantías de que te van a responder aquellos a los que prestas dinero, pero si tu prestas dinero a quien está en la cuerda floja de la exclusión social pues como pierda el trabajo este no paga ni los intereses ni la hipoteca lo que empieza a generar la bola de nieve actual.

A todo ello, se junta entonces un síntoma de desconfianza entre los bancos que no se prestan dinero y entonces la rueda de la economía no se mueve. ¿Quiero decir con esto que no hay que prestar dinero a los pobres? No ni mucho menos, en la India, los microcréditos funcionan, ¿por qué? Porque no es mucho dinero por un lado y sobre todo porque esos pobres con un poco de dinero tienen oportunidades de crear negocio en sus países. Si allí con 100€ empiezas un negocio, en Europa aunque te presten 60.000€ no compras ni dos metros cuadrados de local.

¿Enterrar el capitalismo? Si enterrarlo pasa por una economía planificada mal vamos. Si apostamos por un crecimiento más equitativo, justo, regulado y responsable entonces sí.

Yo sinceramente no puedo entender la desregularización de los Estados occidentales actuales, estos han caído o se han dejado caer no lo tengo muy claro en la trampa del laissez faire laissez pasee (o como se escriba). ¿Qué hacer? ¿Salvarles el culo a los grandes ejecutivos? Yo sinceramente, presidente Zapatero y ministro Solbes, que a estos ejecutivos se vayan a su casa.

Hay muchos ciudadanos, tanto de derechas como de izquierdas y muchos empresarios que quieren ver como las pasan canutas esos altos directivos, al menos tanto como ellos para sacar sus empresas los menos y sus puestos de trabajo los mas. Si la solución pasa por que los trabajadores y muy importante, los empresarios de PYMES(el 98% del empresariado español) paguemos los desmanes de una ínfima minoría nos encontraremos que voten a la derecha y a esos empresarios desmandados por el simple hecho de haber si pillan cacho. Es el momento de apostar por una nueva forma de regular la economía es el momento de recuperación del espacio público y de la P-O-L-Í-T-I-C-A.

Me piro a Chamberí.