En esta era digital no sólo las palabras hacen visibles y justificables los argumentos del escritor. Es, por ello, que intercalaré algún que otro vídeo en este post. Nuestro amigo Alberto nos presenta como socialdemócratas pero yo no me considero como tal. No soy progresista, ni liberal, ni socialdemócrata, ni comunista, anarquista, conservador, fascista... ninguna de esas palabrejas me infunden respeto alguno, pues todas van marchitas en este largo recorrido que nos lleva al neoliberalismo.
Considero que las palabras han perdido valor en voz de quienes desconocen las verdad de los hechos, el significado que la historia asignó a cada una de esas corrientes. Hoy en día, vacías, muchas de ellas representantes del modelo económico exiguo que no haya diferencia práctica entre socialdemocracia, liberalismo o conservadurismo. Si bien es cierto, dependiendo de la persona o partido, puede verse a un "proclamado socialista" a la derecha y a los "conservadores" a la izquierda. Todo depende del prisma bajo el que se observen los hechos.
Vivimos en la pura apariencia del desvelo. Hoy día, ser "izquierdas" es considerado prácticamente como anticlerical, alejado de la retrógrada máxima institución, en constante lucha contra el Estado más poderoso. Sin embargo, muchos son los que ven en la religión católica, en su Evangelio y en su Teología de la Liberación, la más clara e inicial muestra de socialismo, el inicio del todo. He aquí una muestra, entrevista a LEONARDO BOFF en la CNN. No dudes en echar un ojillo (muy ilustrativo).
Volviendo al mundo geopolítico, hay quienes abanderan el "avance social" a través de lo que ellos llaman "progresismo". ¿Pero qué es el progresismo? En el siguiente enlace, ¿Qué es ser progresista?, podemos apreciar una discusión entre amigos muy interesante, entre ellos Alberto y un servidor. No obstante, yo os pido una ligera reflexión sobre la esencia de este término y lo que implicaría la negativa de dicho significado. ¿Quién no quiere el progreso para sí? ¿o para sus hijos? ¿o para su sociedad? Entonces... ¿acaso los conservadores y los liberales rechazan el progreso?
Para mí, amigos míos, la política debe ser entendida no sólo por el objetivo propagandístico o mercader de quien accede a los cargos públicos para ejercer la gestión de aquello que nos pertenece a todo. Para mí, la socialdemocracia debe ser socialismo.
Eso significa que el ciudadano debe ser el foco de todo ejercicio político y humano, de tal forma que recordando uno de los post anteriores, el político, la persona (política o no) debe de proclamar una nueva revolución consistente en el trabajo social.
El socialista, no el socialdemócrata, es aquella persona que promueve el cambio social, la solución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación de las personas para incrementar el bienestar de la sociedad.
Mediante la utilización de teorías sobre el comportamiento humano y los sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Los principios de los derechos humanos y la justicia social son fundamentales para el trabajo social.
¿Por qué tenemos miedo a llamar a las cosas por su nombre? Si nuestra intención es elaborar un debate distendido para generar una nueva ideología o impulso juvenil regenerador, debemos a atrevernos a lidiar con todos los parámetros. Si deseamos hacer política no es por querer parecernos a González, Zapatero, Azaña o cualquier ilustre político español, sino porque se tiene vocación por ayudar al desprotegido, erradicando las desigualdades sociales, instaurando un sistema igualitario y con unas garantías de libertad que generen ese entorno.
¿Qué es lo que queremos? ¿Por qué estamos aquí? Esas deben ser las primeras preguntas.
Saludos.
Considero que las palabras han perdido valor en voz de quienes desconocen las verdad de los hechos, el significado que la historia asignó a cada una de esas corrientes. Hoy en día, vacías, muchas de ellas representantes del modelo económico exiguo que no haya diferencia práctica entre socialdemocracia, liberalismo o conservadurismo. Si bien es cierto, dependiendo de la persona o partido, puede verse a un "proclamado socialista" a la derecha y a los "conservadores" a la izquierda. Todo depende del prisma bajo el que se observen los hechos.
Vivimos en la pura apariencia del desvelo. Hoy día, ser "izquierdas" es considerado prácticamente como anticlerical, alejado de la retrógrada máxima institución, en constante lucha contra el Estado más poderoso. Sin embargo, muchos son los que ven en la religión católica, en su Evangelio y en su Teología de la Liberación, la más clara e inicial muestra de socialismo, el inicio del todo. He aquí una muestra, entrevista a LEONARDO BOFF en la CNN. No dudes en echar un ojillo (muy ilustrativo).
Volviendo al mundo geopolítico, hay quienes abanderan el "avance social" a través de lo que ellos llaman "progresismo". ¿Pero qué es el progresismo? En el siguiente enlace, ¿Qué es ser progresista?, podemos apreciar una discusión entre amigos muy interesante, entre ellos Alberto y un servidor. No obstante, yo os pido una ligera reflexión sobre la esencia de este término y lo que implicaría la negativa de dicho significado. ¿Quién no quiere el progreso para sí? ¿o para sus hijos? ¿o para su sociedad? Entonces... ¿acaso los conservadores y los liberales rechazan el progreso?
Para mí, amigos míos, la política debe ser entendida no sólo por el objetivo propagandístico o mercader de quien accede a los cargos públicos para ejercer la gestión de aquello que nos pertenece a todo. Para mí, la socialdemocracia debe ser socialismo.
Eso significa que el ciudadano debe ser el foco de todo ejercicio político y humano, de tal forma que recordando uno de los post anteriores, el político, la persona (política o no) debe de proclamar una nueva revolución consistente en el trabajo social.
El socialista, no el socialdemócrata, es aquella persona que promueve el cambio social, la solución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación de las personas para incrementar el bienestar de la sociedad.
Mediante la utilización de teorías sobre el comportamiento humano y los sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Los principios de los derechos humanos y la justicia social son fundamentales para el trabajo social.
¿Por qué tenemos miedo a llamar a las cosas por su nombre? Si nuestra intención es elaborar un debate distendido para generar una nueva ideología o impulso juvenil regenerador, debemos a atrevernos a lidiar con todos los parámetros. Si deseamos hacer política no es por querer parecernos a González, Zapatero, Azaña o cualquier ilustre político español, sino porque se tiene vocación por ayudar al desprotegido, erradicando las desigualdades sociales, instaurando un sistema igualitario y con unas garantías de libertad que generen ese entorno.
¿Qué es lo que queremos? ¿Por qué estamos aquí? Esas deben ser las primeras preguntas.
Saludos.
1 comentario:
coincido en que las etiquetas no sirven mas que marearse y a ser malinterpretado. definitivamente noimporta muchos si nos consideramos izquierdistas revolucionarios, socialdemocratas, progresistas o hasta liberales.
la mejor decision es la del pueblo concientizado, civilizado y principalmente educado. el circulo vicioso en el que se encuentra america latina se regenera a traves del clientelismo politico y del fraude electoral.
Hoy en dia no existe la democracia, entonces porque no empezamos por el principio e invertimos a largo plazo en el rubro educacion. ademas de añadirle mas cifras al presupuesto habrai que reformar el sistema educativo para afrntar la urgencias del presente. en esto no hay ni dogmatismos ni ideologia que dscutir. !hay que HACER!!!
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