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martes, 29 de abril de 2008

Socialdemocracia: teoría y práctica para seguir en la Izquierda.

El socialismo, nacido de la 1ª revolución industrial, teorizado por Marx y materializado y concretado por la Unión soviética, pretende mostrar las debilidades y el cariz injusto del capitalismo para 1- Destruirlo o 2- Humanizarlo mediante un reparto más equitativo de la riqueza Nacional.

Existen, en consecuencia y simplificando, un socialismo marxista y un socialismo reformista.

Por lo tanto socialismo, es un término al menos tan ambiguo y desdoblado como los que has enumerado: “progresista” o “liberal”, por ejemplo ¿A cuál de estos dos tipos de socialismo te refieres? ¿Cuál defiendes y cuál es defendible a día de hoy? ¿Cuál reivindicas y cuál contrapones al concepto de “socialdemócrata”?

La identificación de la socialdemocracia con el socialismo reformista y gradual, es bastante sencilla y casi automática. Sin embargo, el otro socialismo, el marxista, parece que murió o quedó desacreditado hace ya mucho tiempo, desapareciendo de facto, como una opción realista y viable.

Es por ello, que la corriente socialdemócrata, cuya aplicación práctica no dejó de generar beneficios a las clases medias y trabajadoras entre los años 1945 y 1977 instaurando el Estado del Bienestar, es la única que hoy, sobrevive y puede sobrevivir.

Hay quien también quiere enterrarla y por ello aboga por un modelo social-liberal, pero ese es otro tema, que trataré más adelante.

Consideras que las palabras (como los conceptos a los que hacen referencia), han muerto, se han marchitado. Por el contrario, yo pienso que se ha producido, a través del tiempo y de los acontecimientos históricos, una transvaloración y una transfiguración de los conceptos y las palabras que empleamos para referirnos a las cosas y a las ideas.

El socialista de hoy no es el socialista de mediados del siglo XIX.

Porque no comparten estos ni las metas programáticas, ni los medios para coronarlas. Ni son iguales las sociedades en las que desarrollar sus programas, ni el nivel de vida de sus familias, ni sus derechos laborales y personales, ni sus sociedades tienen una composición idéntica, ni siquiera semejante.

Por ello, el socialista de hoy, el que milita en cualquiera de los partidos de la izquierda europea (PSOE, SPD, PD), puede ser llamado socialdemócrata, por analogía, sin que se nadie se sorprenda

En mi opinión, el socialismo adaptado y revisado (como hizo Bernstein) para adaptarlo a la realidad de cada siglo, o mejor: de cada década, da como resultado la socialdemocracia.

El mensaje socialdemócrata no está ahora tan solo dirigido a los trabajadores, a los “hombres de manos callosas”.

La socialdemocracia se orienta y busca una base social y un apoyo electoral no-clasista, si no basado en los valores, en las ideas, en la identificación con el ciudadano y que busca dar respuesta a las necesidades, amplias y diversas, no unívocas, de los no-privilegiados económicamente, que son las clases medias y bajas (ya no solo de los trabajadores manuales o fabriles)

Pasamos del movimiento obrero al movimiento cívico incluyente.

Intuyo cierto rechazo, algo de purismo, una reticencia a identificar socialismo con socialdemocracia.

Socialdemocracia no significa, como le espetaban a Bernstein a finales del XIX (y como nos siguen achacando a muchos hoy día), ni traición, ni edulcorada versión, ni frío pragmatismo o interesado posibilismo.

Socialdemocracia es simplemente, el abandono de dogmatismos, para flexibilizar y hacer posible la evolución de las ideas y los programas, siempre pegados a la realidad y a las necesidades históricas de cada sociedad en cada momento.

Gracias a esta renovación, hemos conocido la socialdemocracia originaria, la clásica y la contemporanea (influida por la tercera vía), muy distintas e incluso opuestas entre sí.

Creo, de hecho, que la crítica y el rechazo a la socialdemocracia viene dada por una confusión terminológica.

Se tiende a relacionar este pensamiento (la socialdemocracia actual) con la ideología de políticos como Tony Blair, propulsor del social-liberalismo, doctrina que yo, personalmente no comparto en absoluto.

Por lo tanto, el problema está en que los partidos que se dicen socialdemócratas, dejen de serlo para virar hacia posiciones más liberales. Es por ello por lo que exigía una reflexión, un llamamiento a la reconstrucción de las posiciones del socialismo democrático para frenar el viraje al centro (al abismo) por parte del Laborismo, por ejemplo. Y atentos al PSOE.

Ahí es donde las personas con preocupación social y vocación igualitaria, tenemos que dar la batalla, dentro de nuestros propios partidos y exigiendo a nuestros gobiernos que no abandonen el Estado del Bienestar, que no nos dejen a nuestra suerte, en las garras del capitalismo más fiero e injusto.

En definitiva, socialdemocracia no es ni blandura ni ambigüedad, ni tampoco abandonar las aspiraciones básicas del idealismo socialista.

Pero sí es realismo, es adaptación al medio (en el tiempo y en las circunstancias), es aprovechar la riqueza que genera un capitalismo humanizado y acotado por la actuación del Estado, para garantizar crecimiento económico nacional, pero también una redistribución de la riqueza a través de prestaciones públicas, políticas sociales y servicios.

La socialdemocracia es la única fuerza política de izquierdas que ha podido demostrar que la justicia social es alcanzable y necesaria para corregir desequilibrios económicos y mitigar los efectos del Mercado, protegiendo a los más vulnerables.

Es aceptar el marco democrático, para instaurar una economía mixta, donde convivan el legitimo sector privado, con el control y la salvaguarda de diversos sectores vitales, como son la Educación, las infraestructuras, la energía y la sanidad en manos del Estado como expresión del interés y la voluntad nacional.

Todo ello, encaminado hacia la Igualdad social, que si no me equivoco, es el fin último y básico de lo que siempre se ha llamado Socialismo.

No hay que dedicarse a batallas dialécticas, sobre qué es o qué no es socialismo. Hay que hacer que los partidos de la Internacional Socialista, se marquen como objetivo político primordial y sincero, la defensa del Estado del Bienestar.

Como hemos visto, defenderlo es defender la Igualdad, defenderlo es ser de izquierdas, es acotar y limitar el poder de los poderosos.

Aquí entraría la crítica al social-liberalismo y a la tercera vía, movimientos ambos, que se “adaptan” a la realidad convirtiéndose a ella.

Aquí estriba la diferencia principal y mi crítica.

Pido que la socialdemocracia analice y responda a los problemas de la sociedad actual, sí, pero no que entre en la órbita del modelo que hoy por hoy impera en estas sociedades modernas, es decir: el neoliberalismo.

No pido una homologación económicamente del movimiento socialdemócrata el neoliberalismo. No pido para mi partido, ni para ningún otro que se diga progresista o de izquierdas, que gire al centro y cribe su ideario para “agradar” más al centro político. Pido precisamente lo contrario, enfrentar dicho modelo por injusto, para evitar que continúen atropellandose nuestros derechos.

Hay alternativa a ese modelo injusto. Hay alternativa a la ley de la selva: la Civilización. Lo vemos en Suecia, en Finlandia, en Noruega.

El modelo socialdemócrata clásico no murió sobre el asfalto, junto al cuerpo inerte de Palme, como se pretende que creamos. La socialdemocracia no está muerta, ni siquiera dormida, simplemente tiene que perder los complejos que arrastra, erigirse con ese orgullo, como la defensora de los más débiles, apostar por la reforma del Estado del Bienestar no hacia su debilitamiento si no hacia su robustecimiento, en estos tiempos de amenaza e incertidumbre.

Blair y compañía no son socialistas, es cierto, pero es que tampoco son socialdemócratas. Es otra ideología, con otros supuestos y otros objetivos.

Mis objetivos políticos son claros. Son los de la Socialdemocracia, o al menos, los que debería defender dicha ideología.

Alberto Ginel Saúl

Pido perdón por la extensión del artículo, no volverá a pasar....

3 comentarios:

bitdrain dijo...

Buenas,

Una primera propuesta que me gustaría lanzar es que estaría bastante bien que cuando respondamos a un post con otra entrada, linkemos en el original la respuesta. Tan sencillo como decir la respuesta está en tal enlace. De este modo el lector podría decir la discusión de forma amena e inmediata.

bitdrain dijo...

Alberto, te he dado réplica en el siguiente articulo...
http://plataformajuvenilprogresista.blogspot.com/2008/04/por-la-tangente-socialdemcrata.html

Saludos.

CSA dijo...

Compañero Alberto, una cosa es el reformismo socialista que marcha hacia la emancipación obrera (al igual que el marxismo) pero siguiendo unas medidas reformistas y otra bien distinta es la socialdemocracia capitalista. Nada puede humanizar al capitalismo.

Una cosa es, como se le propuso a Marx y que estuvo de acuerdo junto con Engels, de crear partidos para defender los intereses de los obreros y otra distinta es mantener el sistema.

Efectivamente la realización de un Sistema de Bienestar en Dinamarca y en Suecia dan resultados positivos, sin embargo no es socialismo ya que la explotación sigue en manos de quien se criticó en su día: el explotador (que sigue existiendo) y de que los salarios tampoco son asequibles a las necesidades de cada persona. ¿Por qué los que somos marxistas (que por ello no significa que estemos viviendo en el siglo XIX) se nos niega la importancia del deber que tienen los socialistas y comunistas frente al fin capitalista que en resumidas cuentas es la obtención de beneficios?


Además, las interpretaciones de Berstein no eran tan ciertas ni son lógicas ya que siguen la dinámica capitalista y no cambian la sociedad. El Estado del Bienestar como toda la economía de hoy en día, es una gestión "artificial" que se beneficia de lo que producen los países con más materias primas. En adición a esto la economía mixta se ha visto que no tiene ningún sentido ya que la economía privada la absorbe debido a la mala gestión, en muchas ocasiones, de la empresa pública. Sin contar que esto de la economía mixta ya lo inventó Adam Smith al mencionar que el Estado debía regular los servicios de necesidades para que el capitalismo no acabará con la humanidad.

Curiosamente has mencionado a Palme, alguien que estuvo en contra del capitalismo y estuvo a favor de las luchas comunistas como Fidel Castro. El marxismo tampoco es pura teoría, también se flexibiliza sin olvidar los motivos que llevaron a la teoría crearse.

Actualmente, excepto el socialismo democrático anticapitalista, la socialdemocracia aplica el liberalismo y no el socialismo. No es porque nos rompamos la cabeza en decir que es o no es socialismo, sino más bien porque es la práctica la que manda. El marxismo, con todo lo que se dice, no se concretó en la URSS ni mucho menos ya que Stalin creó una nueva clase burguesa que más tarde le interesaría la entrada en el capitalismo.

El viraje al centro del laborismo se concreta con la aplicación de la TERCERA VÍA que es la aplicación aún más fuerte del código económico capitalista.

Respecto al mensaje clasista es verdad que el marxismo se refiere como protagonista al trabajador, pero si te lees el manifiesto (porque parece que no te lo has leido ya que crees que está muerto o desacreditado, aún viendo que hay cosas que pasan en la actualidad)también habla del pequeño burgués (el que tiene una tienda) a quien no le beneficia ese capitalismo que se hace (ni desde la socialdemocracia)y del campesino.

Por ello lo que se debe de hacer, en vez de pegarse con los del PCE, es proponer una nueva teoría y crear un espacio en el que entren el socialismo, el comunismo y el anarquismo.

¿O es qué acaso no se quiere luchar contra el capital?