Me sumo desde aquí a mis compañeros en su crítica frontal y sin reservas a ese despropósito de las 65 horas semanales . Un disparate que como dice Javi, aleja irremisiblemente a Europa de sus ciudadanos.
Ya tienen los irlandeses un motivo más para votar NO a Lisboa dentro de unos días. El plan B constitucional a la basura y vuelta a empezar. Europa sin encontrar vertebración política y sus trabajadores, por añadidura, viendo mermarse esos derechos laborales que creía imperecederos.
Y es que esta no es la Europa que quieren los ciudadanos.
Una Europa en la que sea legal (y me temo que necesario) trabajar hasta 12 y 13 horas diarias, rompiéndose así con toda la legislación laboral vigente, con el derecho europeo, con las negociación colectiva y con todos los derechos conquistados por el movimiento obrero a lo largo de más de un siglo y medio de lucha.
Esta es la Europa de los mercaderes, (a la que hice referencia en mi anterior reflexión).
La Europa que no solo no mira por la conciliación entre la vida laboral y la personal, sino que destruye la segunda en beneficio único de la primera. La Europa que convierte a sus ciudadanos en máquinas, en meras unidades productivas sin derecho a tener derechos. La Europa que en lugar de ocuparse de los retos del siglo XXI, nos retrotrae al XIX.
Esta es la Europa de la injusticia, pero es la Europa que tenemos actualmente gracias a los gobiernos que la franquicia del neoliberalismo ha implantado por doquier en suelo europeo, contando además con la inestimable colaboración de otros ejecutivos como el británico, que sinceramente, no sé muy bien a qué está jugando.
El gobierno de España, junto al resto de partidos socialistas europeos y los de la izquierda verde, más los sindicatos y la sociedad civil, conformarán "un frente democrático" en contra de esta medida por injusta, regresiva e inmoral.
España acataría esta normativa (que aún ha de ser ratificada en el Parlamento Europeo) de haber sido otro el resultado electoral del 9 de marzo, no me cabe la más mínima duda.
La franquicia política de los mercaderes españoles defiende los mismos intereses que sus colegas italianos, franceses o alemanes.
Sobre estos pilares torcidos es imposible edificar una Europa social y ciudadana, tal y como es nuestro propósito.
Este disparate debe ser paralizado en el Parlamento. La Europa social debe nacer en las calles, esta es una buena oportunidad. Los propios trabajadores tienen que trazar la linea roja, el límite donde se encuentran esos derechos que ningún gobernante, que ningún empresario debería transgredir.
Volvamos al "8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 para formarse y vivir" si hace falta, pero no permitamos que se violen los derechos de los trabajadores europeos.
Ya tienen los irlandeses un motivo más para votar NO a Lisboa dentro de unos días. El plan B constitucional a la basura y vuelta a empezar. Europa sin encontrar vertebración política y sus trabajadores, por añadidura, viendo mermarse esos derechos laborales que creía imperecederos.
Y es que esta no es la Europa que quieren los ciudadanos.
Una Europa en la que sea legal (y me temo que necesario) trabajar hasta 12 y 13 horas diarias, rompiéndose así con toda la legislación laboral vigente, con el derecho europeo, con las negociación colectiva y con todos los derechos conquistados por el movimiento obrero a lo largo de más de un siglo y medio de lucha.
Esta es la Europa de los mercaderes, (a la que hice referencia en mi anterior reflexión).
La Europa que no solo no mira por la conciliación entre la vida laboral y la personal, sino que destruye la segunda en beneficio único de la primera. La Europa que convierte a sus ciudadanos en máquinas, en meras unidades productivas sin derecho a tener derechos. La Europa que en lugar de ocuparse de los retos del siglo XXI, nos retrotrae al XIX.
Esta es la Europa de la injusticia, pero es la Europa que tenemos actualmente gracias a los gobiernos que la franquicia del neoliberalismo ha implantado por doquier en suelo europeo, contando además con la inestimable colaboración de otros ejecutivos como el británico, que sinceramente, no sé muy bien a qué está jugando.
El gobierno de España, junto al resto de partidos socialistas europeos y los de la izquierda verde, más los sindicatos y la sociedad civil, conformarán "un frente democrático" en contra de esta medida por injusta, regresiva e inmoral.
España acataría esta normativa (que aún ha de ser ratificada en el Parlamento Europeo) de haber sido otro el resultado electoral del 9 de marzo, no me cabe la más mínima duda.
La franquicia política de los mercaderes españoles defiende los mismos intereses que sus colegas italianos, franceses o alemanes.
Sobre estos pilares torcidos es imposible edificar una Europa social y ciudadana, tal y como es nuestro propósito.
Este disparate debe ser paralizado en el Parlamento. La Europa social debe nacer en las calles, esta es una buena oportunidad. Los propios trabajadores tienen que trazar la linea roja, el límite donde se encuentran esos derechos que ningún gobernante, que ningún empresario debería transgredir.
Volvamos al "8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 para formarse y vivir" si hace falta, pero no permitamos que se violen los derechos de los trabajadores europeos.
1 comentario:
Me niego a aceptar esta nueva reforma laboral, lucho por una política social en contra de lo que algun@s nos quieran imponer. Porque para mí es una imposición, ya hay bastantes problemas en nuestra sociedad, en nuestro mundo, debido al amasijo de horas que trabajamos, las consecuencias familiares y sanitarias (depresión, stress, ansiedad...) que tenemos en gran parte de nuestra población, para que encima nos suban las horas.
Lucho por una concienciación consensuada entre todas las personas afectadas por esta reforma, no se como llevarla a cabo pero entre todos podemos conseguir una rectificación de la UE, si en algo os puedo ser de ayudar, contar conmigo. Un saludo.
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