Mis primeras líneas antes de comentar el tema del mes, son de agradecimiento y felicitación por la puesta en marcha de este espacio de debate.
Antes de nada más, decir que uno se considera ciudadano del mundo antes que otra cosa pseudo nacionalista-regionalista-localista. Valoro también el gran avance en la integración territorial que es la Unión Europea, una UE cuyos éxitos están injustamente infravalorados.
Entrando un poco en materia y desde mi humilde opinión, Europa vive hoy una ola, una maldita ola, de mieditis al Otro (inmigrantes, igualdad, trabajos justos,…) propugnada desde los grupos neo-con o neoconservadores. Ejemplos de los efectos de esta ola son desde las 65 horas, los 18 meses de reclusión para los inmigrantes,…
Por cierto, digo neo-conservadores y no neoliberales, porque liberal, supuestamente, defiende la libertad y la igualdad de oportunidades. Desde el atrevimiento de este primer artículo, creo que podría ser interesante abrir un debate sobre la definición semántica de nuestros contrarios por no decir enemigos.
En fin, ¿65 horas sí o no?, ¿cabemos todos, sí o no? Son preguntas difíciles con respuestas complicadas. Ante este reto, la izquierda no puede obviar los problemas o lo que es peor, refugiarse en copias baratas de soluciones de la derecha.
Nuestra situación actual es grave y proviene de no haber afrontado los problemas a tiempo y también, porque no, de no haber separado el grano de la paja. En el caso de la inmigración, por ejemplo, es cierto que hay inmigrantes que son delincuentes, pero la inmensa mayoría no lo son y eso hay que decirlo alto y claro, hay que defender lo que contribuyen a nuestra economía, como cuidan a nuestros mayores,… por cierto, para que no haya suspicacias, los inmigrantes delincuentes no son delincuentes por ser inmigrantes sino son delincuentes y punto.
Por no extenderme más con el tema de la inmigración, creo que hay que apostar decididamente por la integración real, con el respeto escrupuloso a unos valores y sobre todo a unos derechos como son los de la Constitución (afortunadamente en el PSOE vamos a optar por esa vía).
La izquierda europea tiene futuro su situación es reversible, estoy convencido de ello, siempre y cuando apostamos por nuestras ideas sin copiar las de otros, mostrando y demostrando alternativas convincentes en materia social y económica. Yo sinceramente, por ejemplo, no puedo pedir a un vecino en paro que se apriete el cinturón cuando un banco normal tiene beneficios astronómicos, por que me manda a freír espárragos cuando no se pasa a la derecha con la Esperanza de recibir migajas.
¿Medidas a hacer? Varias, todas ellas duras y complicadas.
A nivel interno: el Partido Socialista Europeo ha de ser una realidad, hay que acercar su trabajo a la militancia en general,... en este aspecto, creo que los jóvenes socialistas tenemos más experiencias que nuestros “mayores”, como es, con sus virtudes y defectos, la ECOSY. El problema es, como no, que para conseguir esto, los lideres nacionales tienen que creerse el proyecto y considerar que Europa es una oportunidad de reafirmar su poder y no al revés.
¿Quiero decir con esto que los líderes actuales son peores que los anteriores? No, rotundamente no. Por supuesto que Zapatero no es Felipe González, que Segolene Royal, François Hollande o a quien vayan a elegir los pocos y desavenidos socialistas franceses no son François Mitterrand, pero es que la realidad social tampoco es la misma, lo que hace imposible comparar en términos de buenos y malos.
En el lado externo y aunque suene muy repetitivo: debemos estar más cerca de la ciudadanía comprendiendo que la sociedad ha cambiado, recibiendo apoyos y sobre todo quejas. La clase trabajadora ha cambiado, los “tradicionales” obreros de mono azul son menos, han sido sustituidos por obreros, igual o más “puteados”, eso si, de cuello blanco. Es decir, profesionales liberales en los que prima el individualismo y la búsqueda de la eficiencia máxima. No estoy diciendo que renunciemos a la colectividad, en absoluto, estoy diciendo que para llegar a nuestro objetivo los mensajes deben ser más individualizados, convenciendo cara a cara, siendo eficaces en la gestión de lo público,…
En conclusión, ante la Europa a su imagen y semejanza que está haciendo la derecha, la izquierda, socialista/social-demócrata (para mi son inseparables ambos términos) debe responder desde la unidad. Si denunciamos las trampas intencionadas del sistema económico que nos han movido a la actual crisis económica, si denunciamos que la privatización de lo público no es por naturaleza buena, si abanderamos que lo público hay que mejorarlo, que la inmigración aporta mucho más que problemas, etc… conseguiremos mejorar nuestros resultados electorales a nivel europeo y nacional. Sigo pensando, por que sino no estaría aquí, que nosotros tenemos las mejores ideas y estoy convencido de que si aplicamos sentido común podemos ganar en casi cualquier territorio, lo que nos falta es creernoslo, formarnos, debatirlo para por último, conseguirlo.
Después de esta chapa, un saludo y gracias por leerlo.
Rodrigo Parra Fernández.
No nos mires, ¡únete!
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2 comentarios:
Bienvenido.
Creo que has hecho una exposición importante y acertada del camino a seguir.
A ver si entre todos podemos ir aportando la vitalidad que el proyecto socialista necesita para dar ese paso adelante.
Saludos.
Muy buena tu reflexión, Rodrigo. De verdad que queda poco por objetar o matizar. Estoy radicalmente de acuerdo contigo en que lo que hace falta es "creernos a nosotros mismos", convencernos de nuestro programa para poder exponerlo con claridad y firmeza. Para abordar con posibilidad de éxito temas peliagudos como la inmigración, la izquierda socialdemócrata tiene que reafirmarse, reflexionar y coordinarse para hallar una respuesta común, siempre en consonancia con nuestros valores que, yo también lo pienso, son los acertados, son los mejores.
Salud, compañero y gracias por compartir tu opinión con todos nosotros.
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